lunes, 14 de marzo de 2011

El sonido de un taconeo familiar inunda la habitación.

A veces me siento realmente tonto. Hoy es una de esas veces. No podría responder el por qué, pues supongo que todo es cuestión de costumbre. Que mala es la rutina. No es bueno dejarse caer en ella.
Otras veces me pregunto si volveré a estar bien. Pero de verdad de la buena. Siento como si estos últimos meses me hubiese pasado la existencia con una máscara. Que no deja ver como realmente estoy, o como me siento. Soy yo el que se esconde, el que se encierra en sí mismo y no deja que nadie sepa más allá de lo que yo quiero que sepan. Me he encerrado tanto que ya no me fio de nadie. Nadie es digno de oir un "te quiero" pronunciado directamente de mis labios. Nadie. No lo hago por querer. Todo es cuestión de acostumbrarse.

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