Confesiones de medianoche.

Hace mucho tiempo que realmente no me pongo a escribir de verdad. Hoy, día... ¿viernes 1 de julio? -ando un poco perdido. Es verano, y no sé con exactitud el día que es, vaya- a las 00:54 según la hora de mi Ipod, he cogido un cuaderno viejo y un bolígrafo y me he puesto a escribir. ¿Por qué? No tengo sueño y mi habitación es demasiado fría y aburrida como para entretenerme con algo. 
me molestan las gafas
¡Es incómodo escribir en una cama tan cómoda! Acabo de enviarte un sms a ti. ¡Sí, tú! ¡Mi fiel seguidor y fan de mis textos! Fuera coñas, quería escribirte unas líneas para que veas que todo lo que escribo en mi blog no son sentimientos que se contradicen o falsos, como tú me dices. ¡Eh, tú! Que te quiero, aunque te diga lo contrario bueno, mis razones tendré ¡No me hagas mucho caso!

¿Será posible? Recuerdo que cuando era pequeño, no había una noche que no me la pasase leyendo para conciliar el sueño. Hoy me ha dado por escribir. Debo retomar ese hábito, el de leer ahora que tengo tanto tiempo libre en vez de estar haciendo tanto rato el polla por internet.
tengo sed
Sigo en el msn, en desconectado. No me apetece hablar con ninguno de mis contactos: Problemas, problemas everywhere. Con todos y cada uno de ellos tengo una historia segura -no amorosa- y divertida -aunque otras no tanto- para contar.


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¡Ay Romeo! Mi Romeo, ¿dónde te has metido? Llevo buscándote días, semanas, meses, ¡años! Y no hay rastro de ti. ¿Dónde debo buscar?  ¿Entre los granos de arena de la playa? ¿Entre las infinitas estrellas del universo? ¡No! ¡No quiero saberlo! Quiero seguir jugando contigo al escondite. Quiero encontrarte por mí sólo.


Me parece que debería escuchar más a menudo a la vocecita que continuamente me dice que sí y a la que yo respondo infinitamente con un no. Quizás debería hacer más caso a esa voz. Quizás, quizás... no. No creo que sea una buena idea. ¿Por qué? Supongo que me siento más frágil débil vulnerable a todo lo que sucede a mi alrededor si me dejo llevar por mi corazón. Hace mucho tiempo que mi corazón no rige mis decisiones, o el camino que debía tomar. Siempre, siempre me iba mal.
temo el hecho de quedarme sólo, aunque ya me sienta como tal
Al fin y al cabo no dejo de sentirme como un niño. Necesito tener a alguien ahí que me diga cosas bonitas, que juegue conmigo, que me haga reir y que, obviamente, me quiera. Es triste decir que después de todo, hace meses que no siento algo así. Recuerdo que hace un tiempo me llenaba de orgullo la capacidad que tenía de conseguir esperanza de debajo de las piedras. No sé. Supongo que antes era más feliz porque sabía de antemano que todo saldría a pedir de boca. ¿Dónde está esa persona? Ahora sólo ha quedado el Billes lacrimoso y sentimental que llora con tan solo escribir unas palabras, un pequeño parrafo hablando sobre sus recuerdos.




Son las 1:37 de la madrugada del viernes 1 de julio y me despido con un nudo en la garganta.